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Para Jorge Luis Borges, que no dejó nunca de leerlo y admirarlo, Chesterton fue un incomparable inventor de cuentos fantásticos: «Pienso que Chesterton es uno de los primeros escritores de nuestro tiempo y ello no sólo por su venturosa invención, por su imaginación visual y por la felicidad pueril o divina que traslucen todas sus páginas, sino por sus virtudes retóricas, por sus puros méritos de destreza». Fiel exponente de estas aseveraciones es el ciclo de relatos agrupados bajo el título de El hombre que sabía demasiado, una de las obras predilectas de Borges, en la que el escritor británico nos presenta a Horne Fisher, un peculiar funcionario del Imperio que va tropezando a lo largo de su carrera con una serie de misteriosos asesinatos cuya solución se encuentra más allá de las apariencias. Como en la mayoría de los thrillers de Chesterton, cada relato encierra una ingeniosa paradoja sobre la condición de la sociedad o sobre la naturaleza humana. Como decía Borges, «hubiera podido ser un Edgar Allan Poe o un Kafka: prefirió —debemos agradecérselo— ser Chesterton».
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El hombre que sabia demasiado de Gilbert Keith Chesterton
Hubo otro silencio, durante el cual Fisher se sentó en una gran piedra sobre la que se quedó tan inmóvil como en su primer encuentro, contemplando cómo el río gris y plateado se arremolinaba entre los arbustos. Luego March dijo bruscamente:
—Naturalmente, él sabe ahora la verdad.
—Nadie sabe la verdad excepto usted y yo —contestó Fisher suavizando ligeramente la voz—. Y no creo que usted y yo lleguemos nunca a reñir por ello.
—¿Qué quiere decir? —preguntó March con la voz alterada—. ¿Qué ha hecho usted con respecto al caso?
Horne Fisher continuó mirando fijamente cómo se formaban los remolinos en el agua. Al fin dijo:
—La policía ya ha probado que fue un accidente de automóvil.
—Pero usted sabe que no fue así —insistió March.
A. A. Milne
Milne es el afortunado autor de un clásico de la literatura infantil: Winnie the Pooh. Posiblemente deba a ello la frescura de esta novela policíaca, única que escribió para entretenimiento de su padr