Las llaves del reino

Sinopsis

"Las llaves del reino" es una novela escrita por A. J. Cronin en 1945, y su título en español es "El reino de las llaves".

La siposis de la novela, en términos generales, es la siguiente:

La historia sigue a un joven médico llamado Andrew Manson, quien descubre que su abuelo, un hombre rico y respetado en la ciudad de Glasgow, ha sido víctima de un engaño financiero. Manson investiga el caso y descubre que su abuelo había sido víctima de una red de fraudes financieros que involucraba a varias personas de alta sociedad.

A medida que Manson sigue investigando, se encuentra con una serie de personajes interesantes y complejos, incluyendo a una mujer hermosa y misteriosa llamada Anne, quien parece estar relacionada con el caso.

Fragmento del libro

El Padre Chisholm continuó sentado ante la mesa, inmóvil, cubriéndose los ojos con la mano, como si reflexionara. Estaba abrumado por la amenaza que de súbito se cernía sobre su retiro, ganado tan duramente. Su concepto de la resignación, tan largo tiempo sometido a un exceso de pruebas, se negaba a aceptar esta otra. Repentinamente, se sentía vacío, cansado, rechazado por Dios y por los hombres. Una abrasadora desolación llenaba su pecho. ¡Qué cosa tan minúscula y, a la vez, tan grande! Ansiaba clamar: «¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?».

Se levantó con dificultosos movimientos y subió al otro piso. En el desván, sobre el cuarto destinado a los huéspedes, Andrés, acostado ya, dormía. Yacía de lado, puesto su flaco brazo ante sí, sobre la almohada, en una postura defensiva. El Padre Chisholm miróle y depositó la pera sobre las ropas dobladas encima de la silla de anea. ¿Qué más podía hacer.?

Una ligera brisa agitó las cortinillas de muselina. El anciano, acercándose a la ventana, las descorrió. Titilaban las estrellas en un cielo helado. Más allá de los astros parecíale ver perderse el instante estéril que fueron los años de su vida, hechos de luchas menudas, sin forma y sin grandiosidad. Dijérase que sólo había transcurrido muy poco tiempo desde que, niño aún, reía y jugaba en aquella misma población de Tweedside. Sus pensamientos volaban hacia el pasado. Si en algún molde se había fraguado su vida, aquel molde empezó a formar sus inexorables líneas cierto sábado de un abril de hacía sesenta años. Más, en medio de la imperturbable felicidad de entonces, él no había podido reparar en ello.