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Hastings se está recuperando de sus heridas de guerra cuando recibe una invitación para visitar a sus amigos, la familia Cavendish, en Styles St. Mary. Cerca de allí, como invitados de los Cavendish, se encuentra un grupo de refugiados belgas, y entre ellos, para sorpresa de Hastings, está su viejo amigo de la policía belga, el célebre detective Hércules Poirot.A su llegada, Hastings encuentra mucha tensión en Styles. Emily Inglethorp, viuda de Cavendish, posee el control de la gran fortuna familiar desde la muerte de su marido. Para disgusto de sus pródigos hijos John y Lawrence, se ha casado recientemente con Alfred Inglethorp, un hombre de aspecto y pasado dudosos, veinte años más joven que ella.Una madrugada, todo el mundo se despierta con los ruidos que llegan de la habitación de la Sra. Inglethorp. Al abrir la puerta cerrada con llave, la encuentran sufriendo terribles convulsiones. La mujer grita el nombre de su marido y muere. Cuando el examen post mortem revela que la causa de la muerte es el envenenamiento por estricnina, Hastings avisa inmediatamente al famoso detective belga. A las pocas horas, Hércules Poirot emprende su primera investigación…
El misterioso caso de Styles, de Agatha Christie
El título completo del libro de Agatha Christie que estás buscando es "El misterioso caso de Styles" (título original en inglés: "The Mysterious Affair at Styles").
La siposis del libro en español es la siguiente:
"El misterioso caso de Styles es la primera novela de Agatha Christie y fue publicada en 1920. La trama gira en torno a un asesinato que ocurre en la propiedad de Styles, en el condado de Kent, Inglaterra. El detective belga Hercule Poirot es convocado para investigar el crimen y descubrir al culpable.
Durante la investigación, Poirot descubre que la víctima, Emily Styles, había tenido una aventura con un joven llamado Alfred Davies, quien resulta tener una relación complicada con la familia Styles.
Tadminster, la esposa de nuestro diputado, hija del difunto lord Abbotsbury, hace lo mismo. Está de acuerdo conmigo en que somos las personas de nuestra posición las que tenemos que dar ejemplo de austeridad. Aquí seguimos un régimen de guerra; nada se desperdicia, hasta los trozos de papel se recogen y se mandan en sacos.
Expresé mi aprobación y John me condujo a la casa. Subimos la ancha escalera que, bifurcándose a derecha e izquierda, conducía a las dos alas del edificio. Mi cuarto estaba en el ala izquierda y tenía vistas sobre el parque.
John me dejó y unos minutos más tarde lo vi desde mi ventana paseando sosegadamente por la hierba, cogido del brazo de Cynthia Murdoch. Oí la voz de la señora Inglethorp llamando a Cynthia con impaciencia y la muchacha corrió en dirección a la casa. Al mismo tiempo, un hombre surgió de la sombra de un árbol y tomó lentamente la misma dirección. Representaba unos cuarenta años, era muy moreno y su rostro, pulcramente afeitado, tenía una expresión melancólica. Parecía dominado por una emoción violenta. Al pasar miró casualmente hacia mi ventana y lo reconocí, aunque había cambiado mucho en los últimos quince años. Era el hermano menor de John, Lawrence Cavendish. Me pregunté cuál podría ser el motivo de la extraña expresión que sorprendí en su rostro.
Después me olvidé de él y me hundí en mis propios asuntos.
La tarde se deslizó agradablemente y por la noche soñé con la enigmática Mary Cavendish.
La mañana amaneció clara y llena de sol y presentí que mi estancia en Styles me iba a ser extraordinariamente grata.
No vi a la señora Cavendish hasta la hora del almuerzo. Entonces me invitó a dar un paseo con ella y pasamos una tarde deliciosa, vagando por los bosques y regresando a casa alrededor de las cinco.
Al entrar en el amplio vestíbulo, John nos hizo seña de que le siguiéramos al salón de fumar. Por la expresión de su rostro comprendí enseguida que algo desagradable había ocurrido. Le seguimos y cerró la puerta detrás de nosotros.
-Escucha, Mary; hay un jaleo horrible. Evie ha disputado con Alfred Inglethorp y se marcha.
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