Leer libro Como escuchar la música en formato epub
Obra única en su género, escrita por el gran compositor que fue Aaron Copland, Cómo escuchar la música ayuda al oyente a incrementar el disfrute de la música. Aparte de haber llevado placer a tanta gente, con este libro todo el mundo puede aprender a apreciar las obras maestras de la música tal como sus autores quieren que se oigan. Con base en un ciclo de 15 conferencias que Copland dio en la Escuela Nueva de Investigación Social, de Nueva York, el libro comienza con un animado debate sobre el método creador y los elementos de la anatomía musical: ritmo, melodía, armonía y tono. Le sigue una explicación clara de las principales formas musicales: la fuga, la variación, la sonata, la sinfonía, el poema sinfónico, la ópera y la danza. El autor concluye con una consideración ilustrativa del papel desempeñado por los actores en la comprensión del auditorio. Los capítulos dedicados a la ópera, el drama musical, la música contemporánea y la música para obras cinematográficas demuestran la universalidad de los principios de la apreciación musical, sin límites de género ni de tiempo. Copland subraya la continuidad fundamental del desarrollo de la música desde la antigua hasta la nueva, y su exposición prepara al lector para que entienda la música contemporánea en el mismo grado que la clásica. Una lista de obras grabadas y sugerencias de lecturas adicionales ayudarán a desarrollar los conocimientos básicos de todas las formas y tipos de música. Autor de la célebre pieza Salón México, Copland murió en 1940 a los 90 años de edad.
Como escuchar la musica, de Aaron Copland
No basta sólo con oír la música en cada uno de los momentos en que va existiendo. Hay que poder relacionar lo que se oye en un momento dado con lo que se ha oído en el momento inmediatamente anterior y con lo que va a venir después. En otras palabras: la música es un arte que existe en el tiempo. En tal sentido es como la novela, con la diferencia de que es más fácil tener presente lo que sucede en una novela, porque por una parte se narran en ella hechos concretos y, por otra, uno puede volver páginas atrás para refrescar su recuerdo. Los «sucedidos» musicales son por naturaleza más abstractos, de modo que resultan más difíciles de reunir en la imaginación que los de una novela. Por eso es por lo que se hace necesario poder reconocer una melodía. Pues lo que en la música hace las veces de argumento es, por regla general, la melodía. Generalmente la melodía es aquello de que trata la pieza. Si no se puede reconocer una melodía cuando aparece por primera vez y no se pueden seguir fielmente todas sus peregrinaciones hasta el final, no comprendo para qué se ha de seguir escuchando. Eso es darse cuenta sólo vagamente de la música. Pero el reconocer una melodía quiere decir que se sabe dónde se está y que se tienen muchas probabilidades de saber adonde se va. Es la única condición
sine qua non
para llegar a una comprensión más inteligente de la música.
Hay ciertas escuelas que tienden a acentuar el valor que la experiencia práctica de la música tiene para el oyente. Y dicen, en efecto: tóquese en el piano con un dedo
Old Black Joe y
eso acercará más a los misterios de la música que la lectura de una docena de volúmenes. Ningún daño puede hacer, indudablemente, arañar un poco el piano y aun tocarlo medianamente. Pero en cuanto introducción a la música, desconfío de ello, aunque no sea más que por los muchos pianistas que se pasan la vida tocando grandes obras y, sin embargo, su comprensión de la música es, en general, bastante pobre. En cuanto a los divulgadores que comenzaron por pegar a la música floridas historias y títulos descriptivos y acabaron por añadir coplas ramplonas a temas de composiciones famosas, su «solución» a los problemas del oyente merece el desprecio más absoluto.
Ningún compositor cree que haya atajos para llegar a la mejor inteligencia de la música. Lo único que se puede hacer en favor del oyente es señalar lo que de veras existe en la música misma y explicar razonablemente el cómo y el porqué de la cuestión. El oyente deberá hacer lo demás.
Goethe
Desde que escribe su encendida loa a la Catedral de Estrasburgo, Goethe inicia un acercamiento a la estética que mantendrá hasta su muerte. En esta obra demuestra cómo toma el arte por una actividad e
Francisco de Goya y Lucientes
La primera serie de grabados de Goya, Los Caprichos, fue editada en 1799. Coincide con la grave enfermedad que contrae a comienzos de los años 90 y cuya secuela le marcará de por vida: la sordera. Es