Conversaciones con Goethe

Fragmento del libro

En resumen, engañando a los otros, llegué a engañarme a mí mismo creyendo que podía estudiar en serio Derecho y alcanzar al mismo tiempo mis verdaderos fines. Buscando, pues, lo que no deseaba adquirir ni aplicar, comencé, apenas llegado, mis estudios jurídicos en la Universidad. Además, no hallé en esta ciencia nada que me repeliese, y si mi cabeza no hubiese estado ya ocupada por otros proyectos y aspiraciones, hubiera podido entregarme a ella sin dificultad. Pero me ocurría lo que a una muchacha que sólo encuentra objeciones a un proyecto de matrimonio porque, desgraciadamente, su corazón está ocupado por un amor secreto.

En las clases de Instituciones y Pandectas me perdía a menudo, imaginando argumentos y escenas dramáticas. Me esforzaba por prestar atención a lo que se estaba exponiendo allí; pero se me escapaba sin remedio. No tenía en el pensamiento otra cosa que poesía y arte y mi desarrollo espiritual, que era lo que me venía empujando desde hacía años con pasión hacia la Universidad.

Las que más me aprovecharon para mis fines durante el primer año fueron las explicaciones de Heeren. Oyéndole Etnografía e Historia adquirí una firme base para ulteriores estudios de esta naturaleza, y la claridad y perfección me fueron de gran utilidad en otro sentido. Asistí con amor a todas sus lecciones, y de todas ellas salía penetrado de estimación y afecto hacia este hombre excelente.