Noviazgo y matrimonio

Sinopsis

La siposis del libro en español es la siguiente:

"Noviazgo y matrimonio" es una novela escrita por Anthony Trollope y publicada originalmente en 1872. La trama sigue a varios personajes principales a lo largo de una serie de eventos que desafían sus creencias y valores sobre el noviazgo y el matrimonio.

La historia se desarrolla en Inglaterra y se centra en la vida de los Lily Dale y su familia, quienes están en busca de un buen matrimonio para su hija, Lily. Sin embargo, las cosas no salen exactamente como se esperaban, ya que Lily se enamora de un hombre que no es el hombre adecuado para ella, según sus padres.

La novela aborda temas como la independencia de las mujeres, la clase social y la expectativa de matrimonio en la sociedad victoriana.

Fragmento del libro

A Hetta no le parecía aconsejable. A la señora Bell, sí. Phineas decidió que los dos jóvenes podrían estrecharse la mano, pero delante de todo el cónclave. Los enamorados no se despedirían a solas. Aaron tenía que marcharse a las cinco y media; pero, antes de que se fuese, pedirían a Susan que bajara. ¡Pobre Susan! Se desplomó en una silla y empezó a lamentarse de su suerte; sin quejarse, pero de lo más abatida.

Susan era dulce, femenina y fácil de manejar. Pero Aaron no tenía nada de dulce, era especialmente masculino, y, en ciertos asuntos, resultaba muy difícil de manejar. Cuando el señor Beckard le informó, en presencia de la viuda (pues Hetta se había retirado obedeciendo los deseos de su prometido), de la decisión del tribunal, apareció en sus ojos la misma expresión desafiante que el día en que quemó el dibujo.

Dijo que la señora Bell había alentado aquel noviazgo; y que no comprendía por qué otras personas iban a perturbarlo.

-No es ningún noviazgo, Aaron -protestó la señora Bell, con voz lastimera.

El joven añadió que sabía trabajar y estaba dispuesto a hacerlo. ¿Qué otro hombre de su edad había llegado tan lejos? Y miró a uno y otro lado con más arrogancia, tal vez, de la conveniente.

Entonces el señor Beckard expresó su opinión, muy sabiamente sin duda, aunque quizá con cierta verborrea. Tanto padres como hijos sabrán cuáles fueron sus palabras, así que no es necesario repetirlas. No puedo decir que Aaron le escuchara con demasiada atención, pero comprendió perfectamente el alcance de su discurso. Son muchos los hombres que comprenden el significado de los sermones sin escuchar ni la décima parte. El señor Beckard, a su manera, pretendía ser amable; y, de hecho, lo era, sólo que Aaron no veía ninguna amabilidad en aquella intromisión.