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Considerado como el más grande poeta cómico griego de la época clásica, Aristófanes (c. 445 - c. 386 a. C). publica la mayor parte de su obra (unas cuarenta y cuatro piezas, de las que sólo se han conservado once) durante el largo período de la guerra del Peloponeso. Sus comedias —aparentemente fantasías verbales y burlas groseras destinadas a provocar la risa del pueblo que asistía a las fiestas— son el testimonio de su actitud reflexiva ante los problemas de la sociedad de la época y la expresión de sus profundas convicciones de ciudadano interesado por la política, que se pronuncia contra la guerra, de la que responsabiliza a los demagogos, y critica la crisis moral provocada por los corruptores de la juventud. Sus obras ejemplifican tanto el compromiso directo de Aristófanes con la vida pública como su genial capacidad para elevarse por encima de las circunstancias particulares de su tiempo, infundiéndoles una impronta universal.
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Lisistrata ilustrado de Aristofanes
La síntesis en español del libro "Lisístrata" de Aristófanes es la siguiente:
"Lisístrata" es una comedia ateniense escrita por Aristófanes en el siglo V a.C. La trama gira en torno a la lucha de las mujeres de Atenas por lograr la paz con los corintios, después de que los hombres de ambas ciudades se declararon en guerra. Las mujeres, lideradas por Lisístrata, deciden desafiar a los dioses y hacer una huelga de amor para obligar a los hombres a aceptar sus condiciones de paz.
La obra es conocida por su crítica social y política, así como por su uso de ironía y sátira para desacreditar la autoridad masculina y la estructura social de la sociedad ateniense de la época.
Se divisa la Acrópolis de Atenas al fondo. Es de mañana, y aparece en escena LISÍSTRATA.
: Si las hubieran invitado a una fiesta de Baco
, a una gruta de Pan
, o al promontorio Colíade, al templo de la Genetílide
, no se podría ni siquiera pasar por culpa de sus tambores
. Pero, así, ahora todavía no se ha presentado ninguna mujer. (CLEONICE
sale de su casa
). Bueno, aquí sale mi vecina. ¡Hola, Cleonice!
: Hola, tú también, Lisístrata. ¿Por qué estás preocupada? No pongas esa cara, hija mía, que no te cuadra arquear las cejas.
: Cleonice, estoy en ascuas y muy afligida por nosotras las mujeres, porque entre los hombres tenemos fama de ser malísimas…
: Es que lo somos, por Zeus.
:… y cuando se les ha dicho que se reúnan aquí para deliberar sobre un asunto nada trivial se quedan dormidas y no vienen.
: Ya vendrán, querida. Difícil resulta para las mujeres salir de casa: una anduvo ocupada con el marido; otra tenía que despertar al criado; otra tenía que acostar al niño; otra lavarlo; otra darle de comer.
: Pero es que había para ellas otras cosas más importantes que ésas.
: ¿De qué se trata, querida Lisístrata, el asunto por el que nos convocas a nosotras las mujeres? ¿En qué consiste, de qué tamaño es?
: Grande.
: ¿Es también grueso?
: Sí, por Zeus, muy grueso.
: Entonces, ¿cómo es que no hemos venido
: No es eso que piensas: si no, ya nos habríamos reunido rápidamente. Se trata de un asunto que yo he estudiado y al que he dado vueltas y más vueltas en muchas noches en blanco.
: Seguro que es delicado eso a lo que has dado vueltas y vueltas.
: Sí, tan delicado que la salvación de Grecia entera estriba en las mujeres.
: ¿En las mujeres? Pues sí que tiene pocas agarraderas.
: Cuenta que están en nuestras manos los asuntos de la ciudad; si no, hazte a la idea de que ya no existen los peloponesios
: Mucho mejor que ya no existan, por Zeus.
:… y de que los beocios perecerán todos, por completo.
: No, todos no; excluye las anguilas
: De Atenas no voy a pronunciar nada de ese estilo: adivina tú mis pensamientos. Pero si se reúnen aquí las mujeres, las de los beocios, las de los peloponesios y nosotras, salvaremos todas juntas a Grecia.
: Y, ¿qué plan sensato o inteligente podrían realizar las mujeres si lo nuestro es permanecer sentadas, bien pintaditas, luciendo la túnica azafranada y adornadas con el vestido recto
y con las zapatillas de moda?
: Pues eso mismo es lo que espero que nos salve: las tuniquillas azafranadas, los perfumes, las zapatillas, el colorete
y las enaguas transparentes.
: Y, ¿de qué manera?
: De manera que de los hombres de hoy en día ninguno levantará la lanza contra otro…
: Entonces, ¡por las dos diosas
!, me haré teñir una túnica de azafrán.
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